viernes, 14 de febrero de 2014

LA ESCUELA DE LA VIDA


De origen campesino. En el campo yo aprendí 
A cuidar la Pacha Mama.. Como un tesoro divino
Y siempre a respetar la mujer, porque de ella naci
Al ver las flores silvestres, adornando este paisaje
Siempre traslado mi mente.. Al lugar donde te vi
Y te comparo con ellas, admiro tus mil detalles

Ver volar un colibrí, o el correr de una cascada
Como se remonta el águila, a las infinitas alturas
Y ver la sierra nevada. Con sus montañas heladas
Que con la salida del sol. Se ven vestidas de plata
Y se transforma el ambiente y con orgullo la vida
Se ve llena del amor y una esperanza que mata

Esto es lo que aprendí, cuando en el campo viví
A mirar la luna llena. En las noches de plenilunio
Meditar bajo del árbol. Si habría un amor para mi
Y a respetar la mujer. Como me enseño mi padre
A llenarme de un amor.. ¡Eterno puro y sincero!
Y sentirme orgulloso.. Viendo feliz a mi madre 

Vi el canario y colibrí, siempre tener su pareja
Amarse los periquitos, con un amor tan meloso
Igual al lucero mañanero, custodiar la luna llena
Para mí era algo precioso, de honestidad y amor
Y yo me sentía orgullo, de yo ser un campesino 
Aprendiendo lo divino, ¡dentro de mi corazón!

Lo divino aquí en la vida, el respeto a la mujer
Llenarme de ese amor único y vivirlo de verdad
Al igual vivir mi gran ilusión y no quererla perder
Esta si es la gran verdad y siempre yo lo aprendí
No puedo ser diferente, así actuó con la verdad
Yo me siento muy feliz y tan lleno de felicidad

La vida me lo enseño, en el campo y el conuco
En la escuela de la vida y ese fue mi gran faceta
Yo no soy analfabeta.. Tampoco me quede bruto
Hoy le canto a la vida. Como así le canto al amor
Y si yo no soy profeta.. ¡Doy del amor lo mejor! 
Y tuve en la Pacha Mama, ese mejor profesor

Autor: Antonio Hernández Gutiérrez
Fecha: 16 de abril de 2013
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